martes, abril 24, 2007

PIN-PON ES UN MUÑECO (y no lo venden en Kid Robot)

Me gusta caminar. En días como este me pongo muy ansioso y dicen los doctores que la caminata ayuda a reducir los niveles de angustia, eso y las respiraciones pausadas, repartidas en tres movimientos, cada uno de tres tiempos.
En los primeros tres se inhala.
Pausa.
Otros tres para mantener el aire dentro del cuerpo.
Y por último tres para una exhalación larga, reconfortante.
La técnica me funciona (permite una correcta irrigación de sangre por la cabeza) y la prefiero a las pastillas que no son tan agradables como para andarlas consumiendo diario.
Pues andaba haciendo mis respiraciones este día de caminata, cuando me encuentro con la pieza de arte urbano aquí presentada.
Una ingeniosa colaboración entre, por lo menos, tres artistas del grafiti (la ortografía es correcta, la saqué de mi flamante ejemplar del Diccionario esencial de la lengua española que ahora utilizo hasta para buscar teléfonos de taquerías), checad y sabed.



Podemos apreciar el texto creado por el artista original con pintura negra y trazo gordo. Ha dejado un largo ¿guión?, ¿guión bajo? del mismo color, como invitando a que alguien termine la pieza. Ese alguien llevaba un plumón verde y un chingo de prisa, porque no acabó (a lo mejor alguna vecina salió a ver que los chamacos no anduvieran rayando la pared). Un alma caritativa se dio cuenta de que la obra estaba, como la Venus de Milo, sin bracitos, y decidió poner punto final.
La belleza del trabajo en equipo.
La svástica (chale, esa palabra no la encuentro) está pinche y la reprobamos; dudo, además, que la haya puesto allí un ario genuino: sus ánimos racistas habrían sido sofocados por toda la colonia.
La inclusión del cofre prueba mi nula habilidad como fotógrafo.

lunes, abril 23, 2007

MÁS DEL NARCOSUADERO SATÁNICO

Gracias a información nuevecita proporcionada por D, el narcosuadero satánico mencionado en la entrada anterior, amplia su leyenda.
Según nos cuenta esta persona, otro de los decires en aquella calle misteriosa (donde ninguna otra taquería ha aguantado más de tres meses en pie) apunta a que el ingrediente secreto del narcosuadero es sangre humana: sus efectos de magia negra mantienen a la clientela regresando constantemente. De ahí su monumental y sostenido éxito.
Ñaca, ñaca.
Hoy escuché el nuevo de Interpol.
11 rolas.
Todavía no tiene nombre.
Parece que la famosísima "The Heinrich Maneuver" será el primer sencillo.
La última canción (última en el orden que me tocó escuchar, sé que todavía no es el definitivo), "The Lighthouse" es bellísima, creo que debieron haberla puesto al principio. En general me parece que existe un problema con el orden de todo el álbum: a pesar de ser sólo 11 canciones, cerca del final empieza a volverse monótono.
Insisto, no escuché el orden definitivo y mi apreciación podría cambiar.
Cuando se cuele en la red y anden de pesca, busquen "Mammoth" y "No I in Threesome"

viernes, abril 20, 2007

ASÍ SE HABLA MONSEÑOR (de ninguna manera, pero la técnica ha probado ser exitosa)

Tengo ganas de escribir de comida.
Creo que junto con la música, se trata de un universo inagotable y difícil de transformar en prosa; la descripción de ambas experiencias toma infinidad de cuartillas y no necesitas ser experto ni en lo primero, ni en lo segundo para entender el mensaje.
Mi columna favorita sobre gastronomía es la que publica Alonso Ruvalcaba en La Jornada.
Bueno, la cosa es que hoy escuchaba a los muchachos de Antisocial comentar la encuesta taquera publicada por El Centro donde el suadero confirmó su reinado en el paladar capitalino.
Me gusta el suadero.
Como a todos, hombre.
Enfrente de casa de mis papás había un puestecito glorioso, echaban una pieza gigante sobre el comal (¿era parrilla, era plancha?) y cada tanto la señora que atendía se encargaba de mantener la mercancía hidratada con la propia grasa del animalito. Usaba una cucharita de peltre para realizar la tarea. Dos con todo, tres sin verdura, ya que pedías cortaba un fragmento, lo colocaba sobre un madero (no era tablita de picar, era un pedazo de árbol, tal cual) y ahí transformaba el cacho en finos cubitos grasientos que te explotaban en la boca.
Cuando, por menso, me quedaba, sin llaves o alguna cosa de esas, aquel era mi refugio para matar una hora. Quiero pensar que mi presencia servía para atraer más comensales, como estaba enfrente de una parada de camión sí llegaba banda, algunos se asmoaban y seguro pensaban, si este vato no se ha caído muerto ha de ser que no están tan malos y después de inspeccionar fugazmente mi plato, se acomodaban y con este acento ñero, chilango, cantado, bonito que nos une a todos recitaban su orden.
El Negro me llevó un día a un suadero fenomenal. Cerca de la EMI, debe haber sido 1998, hacía un chingo de calor. Puesto de lámina blanca, frente a un Superama en las proximidades de Río Tigris.
Por casa de la mamá de D hay un narcosuadero satánico. Un lugar rarísimo que abre 24 horas (dicen que lo que mantiene activos a los meseros son las cantidades industriales de perico que aguardan su traslado hacia alguna primaria en la bodega) y cuyos dueños, rumores de la colonia, han mantenido a raya a la competencia mediante rituales de magia negra. Sea lo que sea, su oferta es regular, el suadero más bien pastoso, dos tres, la leyenda me gusta de cualquier modo.
Copacabana tiene buen suadero. Una madrugada saliendo de Radioactivo me fui solo: estaba aprendiendo a producir en Dalet y me costaba mucho trabajo, me tardaba años, je. Al Dyaxis no me animé a entrarle, no entendía las gráficas. En Copacabana (obvio la de Coapa, la original), el suadero está grasosito, resbaloso, te deja una película por todo el paladar y va bajando, a las dos horas se convierte en una especie de barniz alrededor del intestino.
En tacos Marvichi (una Ichi Van en los rumbos de Polanco, parte de la gastronomía guerrilla) el suadero no es suadero, los expertos sabrán, pero según este servidor allí nos ofrecen ese manjar que en Guadalajara se llama carnaza. Ahí me corrigen si me equivoco.
El Rey del suadero, también por Polanco, cerca del Liverpool de Mariano Escobedo, es regular, ya lo he dicho antes, estaría bien si se llamara El delegado del suadero, El subprocurador del suadero o El fiscal especial del suadero, pero ya para usar títulos nobiliaros no le alcanza.

martes, abril 10, 2007

BIEN POR CHESPIRITO (obvio no, sólo necesitaba atrapar su atención para que lean)

Mi ausencia en este blog sólo ha confirmado el mote con el que mi amigo Rulo enlaza de su bitácora digital a la mía: "elhuevón de juliomartínezríos".
Lo más triste es que, sin constancia, no se puede ser popular en la red. Es como no ir a la prepa, sólo que en dimensiones globales.
La verdad es que he tenido un poco de trabajo y nada interesante que poner aquí.
Dadas las circunstancias, repasaré uno a uno los objetos que me acompañan en la mesa donde ahora escribo.

1) Cajetilla de cigarrillos Faros Suspiro Esmeralda. Saben chingón, son mentolados; no tardará en aparecer algún diputado panista proponiéndolos como método anticonceptivo, con eso de que están muy bien informados...

2) Revista Wizard, Mayo 2007. Sale en la portada la hermosa Rose McGowan (bueno en realidad hay tres portadas del número, pero los amables muchachos del Comicastle siempre me guardan las portadas donde salen chavas, !eso es servicio!), protagonista de la cinta Planet Terror, una de las dos películas que conforman Grindhouse el doble ataque de Tarantino y Rodriguez, que según reportan hoy los periódicos está fracasando en la taquilla de EEUU.
Tuve chance de verla el fin de semana y me gustó, aunque reconozco que la experiencia es difícil. Sin embargo hace un par de años las películas largas estaban de moda.
Ojalá en México (donde se exhibirá como dos cintas diferentes) también pasen los falsos avances que aparecen al principio de cada película (mi favorito, creo fue el de Don't, por lelo, y creo que también el de Machete).
Si me preguntan creo que Planet Terror es la mejor película de Rodriguez después de El Mariachi. Tarantino demuestra que es un amo de la narración ya sea mediante diálogos o mediante imágenes. Vuelve a obsequiarnos, en Death Proof, una escena musicalizada con maestría, ahora utilizó la pieza "Hold Tight", a cargo de Dave Dee, Dozy, Beaky, Mick & Tich. Reconocerán la secuencia cuando la vean, a mí casi me hace llorar de la emoción.

3) Un cotonete. Prueba de que soy un tipo higiénico.

4) Johnny Cash. At Folsom Prison. El clásico álbum en directo, uno de los mejores "discos en vivo" de la Historia.

5) Una pila AA. Me recuerda que no he acabado Tony Hawk's Project 8 y que no he jugado porque el control necesita recarga.

6) La fina. Sal refinada. Me recuerda que anoche me preparé un sabroso plato que me gusta llamar "Ensalada de Emergencia". Ponemos nopales al fuego (de preferencia pre cocidos), agregamos jugo Maggi con limón, salsa tabasco y dejamos que se doren, cuando estén de un verde oscuro y algunos ya mostrando su negrura, añadimos dos latas de atún, dejamos en la sarten unos cinco minutos.
Agregar sal y limón al gusto.

Seguiría, pero la mesa está hecha un desmadre como pueden ver y si continúo cosa por cosa se me hará tarde.